Los hosteleros esperaban con ansia esta Navidad. Es la primera desde 2019 sin restricciones de aforo. Pero estalló la guerra en Ucrania. Las materias primas se han encarecido un 30%. También los suministros. Ahí brotó la disyuntiva: ¿abaratar los menús y reducir la calidad o mantener los platos habituales sabiendo que el grueso de la población es hoy más pobre que hace un año? «Por lo general, la gente está dispuesta a pagar durante la Navidad -dice López-. Si tienen que apretarse el cinturón, lo harán durante el resto del año, pero la mayoría está deseando salir a la calle y cenar bien». Algunos restaurantes se han intentado adelantar al encarecimiento.
El encarecimiento de las materias primas en cada Navidad se verá agravado este año por las consecuencias de la guerra de Ucrania. Muchos restaurantes apostarán por mantener la calidad pese a la subida.
«Intentamos abastecernos de materias primas que sabemos que van a gastar y que no se echan a perder», cuenta Fran Garnero, del restaurante El Paso de los Elefantes, en Cartagena. También subirán dos euros cada menú, que en su caso oscilan entre los 25 y los 47 euros. «Si no lo hacemos -dice-, el margen de ganancia deja de existir».
Los hosteleros calculan que las cifras de consumo serán similares a las de 2019, el año previo a la pandemia
La propuesta más barata de El Paso de los Elefantes está compuesta por una ensalada mixta, jamón cocido, pulpo a la gallega, tabla de patés, huevos estrellados, solomillo de cerdo al Pedro Ximénez al centro, bebida, postre, café y pan. El de 47 euros consta de una ensalada especial, hojaldre de queso de cabra con mermelada de tomate, brandada de bacalao, pulpo a la gallega, vieiras, solomillo de ternera con foie escalopado o lubina a la espalda, bebida, postre, café y pan.
Menos marisco, cordero y cochinillo, más ternera y solomillo de cerdo
El encarecimiento de las materias primas ha hecho que muchos hosteleros cambien el enfoque de sus menús navideños. Juan José Nicolás cree que «no hay por qué reducir la calidad» para abaratar los menús. «Puedes optar, y lo van a hacer en muchos restaurantes -explica-, por un pescado de piscifactoría, como es el caso de la dorada o la lubina, en lugar de un pescado de mar abierto, como podría ser el rodaballo o un gallopedro en esta zona. Son categorías diferentes y una es más cara que la otra, pero no estás perdiendo calidad al optar por otro producto. Estas alternativas, además, suelen ser muy bien recibidas por los comensales, que prefieren productos diferentes a comer lo mismo pero de peor calidad».
López cree que la tendencia está clara: «Creo que lo normal va a ser ofrecer menos marisco, cordero y cochinillo y más ternera y solomillo de cerdo, que son carnes más baratas».
«En todo caso -concluye el presidente de la Asociación de Restaurantes de la Región-, se está jugando con unos márgenes que tampoco son infinitos, hay un momento en que las materias primas cuestan lo que cuestan y trabajar con un peor producto pone en entredicho los estándares de calidad de cualquier restaurante».
Juan José Nicolás apunta que comer en la capital es «algo más caro: en Murcia cuesta encontrar un menú por debajo de los 30 euros». Según él, un menú estándar estaría formado por jamón de cerdo ibérico, ensalada murciana, berenjena a la crema, croquetas caseras, lomo de lubina a la sal o solomillo de cerdo con salsa de pimienta, tarta de la abuela con helado, café arábica e infusiones. En cuanto a bebidas: vinos blanco y tinto, cerveza y refrescos. Todo por 40 euros.